Los peligros que supone esta tendencia son entre otros: problemas físicos (diabetes tipo II, hipertensión, triglicéridos y colesterol,
trastornos hepáticos,…) y psicológicos (baja autoestima, estigma social…). Pero
quizá lo peor es que está fraguando una obesidad adulta, con estos mismos
problemas, pero agravados. Y hasta tal punto es así, que la siguiente generación
podría tener una esperanza de vida menor que la actual, como consecuencia de
esta obesidad, a pesar de los avances médicos en otros campos. Pudiendo acorta la esperanza de vida hasta en 13 años.
¿La solución...? ¡¡existe!!. Dado que casi todos los factores asociados a la obesidad infantil están
relacionados con el estilo de vida, (excluyendo algunos casos de
patologías o factores genéticos), cambiando algunas costumbres podemos luchar
eficazmente con este problema. Inculcar a los pequeños unos buenos hábitos
alimenticios y fomentar su actividad física (deporte, juegos, paseos,
excursiones,…) es fundamental para prevenir o remediar su obesidad.
Os dejo una imagen de una pirámide de una buena alimentación para niños y adolescentes y desearos felices fiestas, y a disfrutar!! pero sin abusar ;).